Alergias y sustancias como el triclosán (presente en algunos jabones) y el bisfenol A (Env. Health Pespectives, 2010)
El estudio, en el que han participado científicos de la Universidad de Michigan, la Universidad de Nueva York o la Universidad de Princetown(EE.UU.) se centra en dos sustancias sobre las que se ha publicado una amplia literatura científica acerca de sus efectos: el triclosán y el bisfenol A (ambos preocupan por efectos como el de alteración hormonal).
Hola de nuevo, Carlos.
Desde aquel día que encontré tu artículo sobre los tóxicos y la endometriosis, siempre sigo tu blog.
Si ya estaba concienciada con la sostenibilidad, la ecología y una vida más natural y saludable, aún más lo estoy, desde que me detectaron esta enfermedad y empecé a leer tu blog.
He comprado tu libro «Anti-tóxico», lo leí casi en un día. Ahora lo comento con mis hermanos y allegados, incluso se lo paso para que lo lean y se informen por sí mismos.
Mi nuevo entretenimiento, entre otros, son los jabones artesanos caseros. Llevo tiempo informándome, porque quiero hacerlo bien y no perjudicar mi salud ni la de los míos. Y no quiero seguir colaborando por mucho más tiempo, con esas empresas ni gobiernos que se enriquecen «envenenándonos». En internet hay de todo y hay que tener buen tino seleccionando información fiable.
Y buscando propiedades de los ingredientes naturales y métodos para elaborar mis jabones, encontré un remedio para lavar la fruta con bicarbonato. Te paso el enlace: http://www.youtube.com/watch?v=goqmiCMeAYs
Quizá ya lo sabías, pero te lo quería pasar y aportar algo más por mi parte en este cometido anti-tóxico. Además, así puedes tener una fuente más sobre ecología y remedios naturales.
Gracias por tu labor y por compartirlo con todos nosotros.
Un agradecido saludo desde Sevilla,
Inma
Muchas gracias Inma. Entre todos conseguiremos abrir los ojos de una gente que los tiene cerrados ante hechos muy evidentes, sin darse cuenta de las consecuencias. Tal y como están las cosas es muy necesario lo que tú haces, a saber: intentar documentarse por uno mismo sin esperar pasivamente a que las autoridades nos informen o adviertan, o a que las autoridades actúen. Si hacemos éso estamos apañados. Porque somos nosotros los que debemos forzar a las administraciones y a las empresas a que actúen y somos nosotros los que debemos saber sobre las cosas. La verdad es que no es tan difícil saber lo básico sobre estas cosas. Siempre me ha sorprendido la cantidad de cosas que sabe cualquier español medio sobre temas como el fútbol, o sobre la vida de cualquier famosillo de tres al cuarto. Saben la cantidad de títulos que tiene el Real Madrid o el Barcelona o el Betis, y saben cuantas lesiones de menisco tuvo cualquier futbolista. La verdad es que saben decenas de miles de datos sobre auténticas tonterías. ¿Sería pedir mucho que supiésen algo sobre el bisfenol A, sobre los ftalatos, sobre las dioxinas,… y sobre los efectos que estas cosas pueden tener sobre nuestra salud?. Cada vez somos más los que sabemos algo de estas cosas, y es de esperar que llegue un momento en que seamos una gran legión los que cobremos conciencia de lo que dicen miles de estudios científicos. Es probable que entonces una serie de enfermedades que no paran de crecer, comiencen a afectar a menos gente y que nuestros ríos no sean cloacas químicas. Ésa es mi lucha, y la de entidades como el Fodesam, al que te animo a unirte. Por éso me alegra enormemente ver personas con tu actitud. Un saludo, amiga
Me gustaría llamar la atención sobre un error generalizado, el de llamar indiscriminadamente «alergia» a las reacciones biológicas contra productos químicos. En muchos casos no se producen reacciones alérgicas típicas, que implican la producción de anticuerpos contra proteínas ofensivas extrañas (antígenos) sino que se producen reacciones de tipo toxicológico en las que el papel del sistema inmune es más borroso y conflictivo. De una forma o de otra y seguramente con intereses creados se ha ido impulsando ese cambio linguístico a lo largo del tiempo y ahora ya es prácticamente imposible de corregir. Obviamente resulta políticamente más correcto decir que alguien tiene «alergia» a un cosmético que decir que ha sufrido una reacción toxiçológica por el encuentro con un cóctel de sustancias químicas de efectos misteriosos o seguramente nocivos. El primer caso es por culpa de la sensibilidad individual de una persona, el segundo por difundir libremente entre la población sustancias químicas con potenciales efectos nocivos. Dos cosas muy diferentes. Si se estudiaran bien tantos problemas de piel o alergias a pólenes o ácaros seguramente se encontraría que muchos de éstos solamente enmascaran unas lesiones o síntomas típicamente toxicológicos.
Cuando uno lee la lista de ingredientes de tantos cosméticos debería entrarle ganas de tirarlos. Yo ya hace mucho tiempo que los esquivo y que utilizo jabón del de toda la vida, y es barato y mejor para la piel y la limpieza doméstica que los productos de marca comercial puramente químicos. Pero claro, la publicidad mueve montañas, «Señora, no trabaje tontamente, vea qué bien le limpia todo el limpiador Plim». (Y luego cargue usted con las consecuencias).
Que cada cual se busque la vida como le convenga, los que quieran contribuir al negocio de la industria química allá ellos, yo procuro surtirme de productos artesanales y lo más sencillos posible. Si muchos otros siguieran el ejemplo sería mejor para el medio ambiente y la salud de todos.