Haciendo honor a su nombre, algún águila , a la par que otras muchas cosas, puede verse en en entorno de esta bonita población. Ejemplo de ello son varios lugares que proponemos:
-LAS TUERCES
Estamos en el extremo occidental de las vastas parameras calizas de la Lora. Y ,como es sabido, estas rocas calizas dan pie a un tipo de fenómenos, llamados kársticos, derivados de sus diferentes formas de disolución. Uno de los ejemplos nacionales más interesantes es este de las Tuerces, -al sur de Aguilar, en torno al pueblo de Villaescusa- en el que, a lo largo de cientos de hectáreas, podemos contemplar rocas a las que la erosión ha dado extrañas formas. Por la parte oeste de este paraje pasa, cientos de metros más abajo, entre preciosos bosques riparios, el río Pisuerga, cuyas aguas han dado pie a la existencia de otro fenómeno derivado de la erosión de la roca caliza: el de los cañones fluviales que tiene aquí un bonito ejemplo en el llamado Cañón de la Horadada. No faltan por aquí aves como los buitres leonados que siempre nos llenan de asombro con su colosal tamaño y sus majestuosos vuelos. Algo más al sur , en torno, al antiguo monasterio de Santa Maria de Mave, podemos ver gamos entre los verdes pastos.
-COVALAGUA
Al este de Aguilar ,no lejos del pueblecillo de Revilla de Pomar, en un pequeño y frondoso valle , encontramos el paraje de Covalagua. Paraje en el que, como su nombre indica, el agua del pequeño río Ibias surge de una cueva. Y, en fin, surge el milagro de los toboganes de agua, del musgo, del verdor y , en general, del encanto que siempre tienen este tipo de lugares.
-CUEVA DE LOS FRANCESES
En realidad, el agua de la surgencia anterior procede de un complejo kárstico del que acaso su manifestación más espectacular esté en la llamada Cueva de los Franceses, a la que podemos llegar, siguiendo algo más adelante por la misma carretera que nos ha llevado a Covalagua. Dice la tradición que el nombre de la cueva proviene de algunos de aquellos habitantes del país vecino que tuvieron a bien visitarnos con siniestras intenciones en el siglo XIX y cuyos cadáveres arrojaron aquí los guerrilleros españoles a fin de que nadie los encontrara. Hoy, lejos ya los tiempos de aquellas andanzas, no es nada siniestro lo que se siente visitando los centenares de metros de esta cavidad, que nos sumergen en un entorno onírico que ha excitado la imaginación popular, haciéndola ver ciudades encantadas, animales, cascadas de roca, columnas de templos, troncos de árboles,… en los diversos espeleotemas. Si ,tras visitar este paisaje hipogeo, queremos ver más amplios escenarios, una pista desde la misma boca de la cueva nos llevará al Mirador de Valcabado, para solazarnos al borde de los cantiles calcáreos ,bajo los cuales medran las hayas, contemplando desde este confín palentino la comarca cántabra de Valderredible.
OTROS SITIOS: Si desde Aguilar subimos por las aguas del Pisuerga, pasando el embalse, y llegamos a Cervera de Pisuerga, estaremos en el dominio de la montaña palentina, con sus robledales y hayedos, sus osos y sus rebecos, y sus fascinantes escenarios. Si ,por el contrario, vamos hacia el sur, puede ser una bonita y amable recomendación, visitar el paraje donde nace el Canal de Castilla, entre agradables arboledas, en Alar del Rey.
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