El reno (Rangifer tarandus) es una de las criaturas más interesantes del septentrión. Su mundo son las tundras de Norteamérica (donde son llamados caribues) y de Eurasia. Es probable que haya unos 5 millones.
Los del norte de Europa y Asia fueron domesticados por el hombre. De ellos se obtienen piel, leche, queso,… Son inmejorables animales de tiro para los trineos, especialmente cuando se atraviesan terrenos difíciles helados. Algunos cazadores usaban a grupos de renos domesticados para cazar a los salvajes, a los que se podían acercar mimetizados entre un grupo de los primeros.
Son animales muy bien adaptados a la vida en los duros dominios de la tundra. Sus pezuñas son anchas para dificultar su hundimiento en la nieve y en el inestable terreno de la tundra. Su pelaje espeso y con pelos huecos que facilitan el aislamiento. Son capaces de orientarse durante tormentas de nieve.
Realizan grandes migraciones de centenares de kilómetros, a veces en manadas de miles de indivíduos. Los lobos siguen muy estrechamente sus movimientos.
El verano lo pasan en la tundra (donde vienen al mundo sus crías, generalmente úna sola y rara vez dos, que caminan a las pocas horas). El invierno lo pasan más al sur, en el borde norte de los bosques de la taiga.
Es la única especie de cérvido en la que tienen cornamenta también las hembras (aunque menor y menos compleja). Se piensa que la razón es que así las hembras pueden dominar sobre los machos en periodos críticos como el invierno. Los machos pierden su cuerna en el invierno, mientras las hembras la conservan en ésa época. De ése modo los machos no podrán echar a las hembras y a las crías de los agujeros que las madres excavan en la nieve para acceder al alimento.
Comen hojas de sauce y abedul y en el invierno líquenes. Por supuesto se alimentan también de otras diversas materias vegetales y, en algún caso, incluso de roedores y nidos.
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