Yo acuso al sistema sanitario por estar desoyendo en buena medida o aplicando sordina a la enorme cantidad de voces científicas que alertan sobre las causas ambientales del cáncer (como las sustancias tóxicas omnipresentes en el mundo moderno y que todos tenemos en nuestros cuerpos).
Con motivo de la celebración de un Congreso Internacional de Oncología en Barcelona un experto ha denunciado lo que, por otra parte, es evidente. Que el sistema sanitario podría colapsar económicamente en unos años por el espectacular incremento de casos de cáncer en España y el alto coste de los tratamientos. Este experto denuncia la falta de prevención.
El doctor Pere Gascón , Jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clinic de Barcelona, ha comentado que hoy el coste por cada paciente de cáncer está entre los 20.000 y los 50.000 euros al año. Casi nada. Una situación insostenible que deja , de momento, muchos réditos a las grandes empresas farmacéuticas. Pero es que , si se combinan varios fármacos de nueva generación , se puede llegar a los 70.000 euros anuales o más. ¿No está mal, no?. Ahora cojan una calculadora y multipliquen los cientos de miles de enfermos de cáncer por esas cifras.
http://www.jano.es/jano/ctl_servlet?_f=11&iditem=6025&addcom=1
http://es.noticias.yahoo.com/9/20090326/tsc-espana-podria-tener-problemas-para-f-1c5b110_1.html
Pensemos que solo en 2009 se prevé que 200.000 españoles más sean diagnosticados de cáncer. Y la cosa crece y crece, y no para de crecer. La OMS hace unos años decía que para 2020 los cánceres en el mundo iban a crecer globalmente un 50%.
http://www.larazon.es/noticia/el-cancer-con-200-000-casos-al-ano-afecta-a-1-5-millones-de-espanoles
http://www.hispanidad.com/noticia.aspx?ID=112595
http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=432555
Y no olvidemos que el cáncer no es la única enfermedad cuya incidencia está creciendo y requiere un caro tratamiento ( no entraremos aquí en si realmente hay alguna razón objetiva que justifique tan altos precios por unas pastillas).
Al margen de que con tratamientos más baratos, genéricos, menos margen de ganancias para la industria químico-farmacéutica, etc. pudiese abaratarse algo la cosa, es indudable que, antes o después, de seguir así y no hay nada que haga sospechar que no vaya a seguir así, el sistema colapsará. Y mucha gente de entre esa creciente legión de personas que enferman de cáncer, pueden verse privadas de tratamientos.
Llevo mucho tiempo denunciando que aquí se está comulgando con demasiadas ruedas de molino.
Que es inadmisible , alucinante, que se abandone la prevención , en buena medida, y todos demos por bueno que el número de enfermos no pare de crecer y crecer.
Se sabe que el cáncer, al menos en un 90% , es una enfermedad ambiental. Pero casi nadie se atreve a obrar en consecuencia.
Se sabe, perfectamente, que más vale prevenir que curar. Pero nada, aquí casi nadie previene. Se deja que la gente enferme y a lo más que se llega es a intentar detectar el cáncer lo más pronto posible y , como no, a darle tratamiento. Se actúa sobre los efectos y no sobre las causas. Y claro, las causas siguen actuando y por eso cada vez hay más y más cáncer.
Se intenta ocultar el fracaso manifiesto de este esquema haciendo que nos fijemos solo en lo que interesa a ciertos sectores. Como los prestidigitadores que nos distraen con una mano mientras hacen el truco con la otra. Con una mano nos muestran los avances, la mejora de los tratamientos, el incremento del porcentaje de supervivencia,… y con la otra esconden o disimulan, o cuando menos no hacen tanto hincapié en que crece el número de enfermos y que, por eso, aunque mejoren los tratamientos y el índice de supervivencia, el número global de bajas es gigantesco y la situación, realmente, no hay por donde cogerla.
El tema no es fijarse solo en que el porcentaje de los que sobreviven , un tiempo al menos, crezca. No, señores. El tema es que ese porcentaje de éxito significa cada vez menos ante el crecimiento brutal del número de nuevos casos.
¿Que es esto de que tengamos que darnos con un canto en los dientes por que haya mejores tratamientos?. Señores míos, no queremos solo tratamientos. Lo que queremos es no estar enfermos. Una Medicina que no nos salve de enfermar no es plenamente Medicina. Una Medicina que se sustente en que haya enfermos y no , en mayor medida, en que haya sanos, en conservar a la gente sana, no es Medicina, sino que puede convertirse, llegado un extremo, en una enfermedad en sí misma. En un fraude. La Medicina debiera crear y conservar la salud y no permanecer aparentemente inerme, o conformista, ante ciertas cosas.
Por favor señores, ¿les importa echar una ojeada a las tendencias de una larga lista de importantes enfermedades?. ¿Suben o bajan?. ¿Hay cada vez más enfermos o hay menos?. ¿No les dice eso nada?. ¿No se estará, por casualidad, haciendo algo mal?
¿O eso no va con ustedes?. ¿Acaso va con ustedes dejar que crezca el número de enfermos y conformarse con tratarlos mejor o peor?
¿No hay algo de fraude en todo esto?.
¿Por qué se llama, de forma machacona , campañas de “prevención” a simples campañas de detección temprana del cáncer?. Si algo se detecta, por tempranamente que sea, es que antes no se ha prevenido. Prevención sería evitar la enfermedad, no detectarla, señores míos. Pero aquí alguien quiere hacer como que previene sin prevenir.
Voy a ponerles un ejemplo para que se vea más gráficamente todavía. Imaginen que un francotirador se sube a una azotea y desde allí empieza a disparar a la gente. Pero que nadie envía a la policia para que lo neutralice o acabe con él. Imaginen que se le permitiese seguir haciendo su «trabajo» , día tras día, mes tras mes, año tras año, y que ni siquiera se advirtiese a nadie del peligro (o se advirtiese tan vagamente que nadie se diese por aludido). Que se juzgase como un «éxito» el haber elaborado un sistema para la «detección temprana» de todos los que recibieran un balazo y que se hubieran mejorado los tratamientos y los índices de supervivencia de los acribillados. Y que se hiciesen asociaciones de afectados que jamás pidiesen tampoco con la fuerza debida que se advirtiese a la gente de la existencia de tan certero francotirador ni pidiesen con la vehemencia necesaria que fuese neutralizado. Todo aunque cada vez fuera mayor el número de los que eran alcanzados por sus balas y de los que morían, a pesar de todo el esfuerzo puesto en atenderles lo antes y mejor posible. Pues algo parecido es lo que está sucediendo aquí, con las personas heridas por la bala de un cáncer que en su mayoría es disparada por el francotirador de factores ambientales como la contaminación química.
Por lo visto, tenemos que conformarnos con que el sistema sanitario sea capaz de detectar tempranamente el balazo que nos han dado e intentar salvarnos de sus consecuencias.
¿Pero es que nadie va a ir aquí a por el francotirador?
Por seguir con símiles ligados al armamento, permitánme uno bélico. Muchos hablan de «lucha» contra el cáncer, «guerra» contra la enfermedad,… ¿Pero se imaginan ustedes que nuestras Fuerzas Armadas , ante una invasión de nuestro país, se limitasen simplemente a detectar tempranamente a los heridos y a atenderlos, sin atacar a la fuente de los cañonazos y disparos, esto es, al enemigo mientras éste continúa «breándonos» día tras día, mes tras mes, año tras año?. Pues reflexionen acerca de que clase de «guerra» contra el cáncer se está haciendo. Una lucha «contra» el cáncer en la que las principales causas del cáncer, las más importantes «posiciones» o «bases enemigas», casi nunca son atacadas. Me temo que ningún estratega militar entendería «estrategias» de este estilo que casi parecieran diseñadas por el enemigo.
Ya podrán los telediarios mostrarme técnicas revolucionarias y supuestos o reales avances de los laboratorios. Ya podrán intentar deslumbrarme con lo que quieran, pero a mi nadie me va a mover de un hecho cierto: el número de enfermos crece, el gasto sanitario ( y los beneficios de las farmacéuticas) crecen. El sufrimiento crece. No quieran convencerme que es mejor curar que prevenir porque el refrán castellano es al revés. Y aquí practicamente no se previene.
Siempre me gusta citar el cuento del traje del emperador. ¿Recuerdan?. ¿Recuerdan esos sastres pillos que se enriquecían diciendo que necesitaban hilo de oro para hacer un traje al emperador?. Esos sastres no estaban tejiendo nada, no había traje alguno. Pero cuando venían los consejeros a ver como avanzaba el “trabajo” los sastres les decían que era un traje muy especial , mágico, y que si alguien era torpe o incapaz no podía verlo. Así que todo el mundo, para no quedar como torpe o incapaz, aunque no veía traje alguno, decía verlo. Y así un día el propio emperador fue a ver el traje y, claro, también dijo que lo veía y que le parecía maravilloso. Y llegó el día del desfile y el emperador se “puso” aquellas “galas”. Vamos, que salió en pelotas. Pero todo el pueblo aplaudía lo maravilloso que eran sus “vestiduras”. Nadie quería desentonar. Todos tenían miedo.
Así, señores míos, el miedo, los intereses, nos hacen no querer ver lo que vemos. Lo evidente como que dos y dos son cuatro. En el cuento citado un niño gritó “¡está desnudo¡”. Aquí son muchos los que dicen lo mismo, pero sin gritar, con la boca pequeña, entre dientes, por miedo a las “eminencias”, por miedo a la industria químico-farmacéutica, por miedo a ser criticado por los colegas de profesión, por miedo a tantas cosas,…
Pero por mi parte, se acabó. “¡Está desnudo!”.
Esa parte del sistema sanitario que permita ciertas situaciones de abandono de la prevención, estará desnuda de lógica, de razón y ,permitanme, pero es lo que pienso, de decencia. Son indecentes muchas cosas que permite el abandono ,consciente o inconsciente, de la prevención. Indecentes.
Señores míos, ninguna investigación genética ni ningún logro de algún fastuoso laboratorio, va a convencerme de que la situación ideal es enfermar y que te traten. Obviamente sería mejor que no me tratesen, porque no hubiese enfermado. Que no intenten decirme que dos y dos son trescientos catorce ni que es mejor curar que prevenir
Y ,por favor, no me digan que esos vagos consejos que a veces se dan acerca de ciertas cosas de hábitos , dieta y demás son prevención de verdad. ¿Si lo fuesen , y bastasen esas cosas que tanto tiempo llevan diciéndose, como explican las tendencias de la enfermedad?. Tampoco, por favor, me hablen solo del envejecimiento y de ciertas cosas tan cómodas. No. Por favor. Sobre todo ante la tendencia de cánceres en los más jóvenes y ante otras muchas cosas. El envejecimiento y otras cosas , como los consabidos genes, solo contribuyen de forma limitada a lo que está pasando (y frecuentemente asociados a otros factores de los que no se habla lo suficiente).
La única verdad objetiva es que ,probablemente, muchos no se atreven a denunciar lo que está sucediendo. No se atreven porque aquí no hablamos de meternos con un microorganismo , sino con un macro-organismo, el de una serie de industrias que mueven muchos miles de millones de euros.
La bañera del cáncer, llena de enfermos y muertos, de gente ahogándose, está rebosando. Y hay quien quiere convencernos de que lo que hay que hacer es solo sacar cubos de agua. Tratar enfermos, ayudarles a “convivir” con su enfermedad y todas esas cosas. No. Bajo ningún concepto. A los pacientes no habría que enseñarles a convivir con su enfermedad sino ,en primer término , evitar que lleguen a ser pacientes y, en segundo término, evitar que se sigan exponiendo a los agentes que pueden agravar su enfermedad y ayudarles a identificar a los culpables de la misma. Y a que , si es preciso, vayan a por ellos (con todo el apoyo de las autoridades sanitarias y demás poderes públicos, que para eso se llaman públicos). A que les pongan demandas. A que los metan en la cárcel, si es preciso. A que luchen contra todo aquello que sea cancerígeno. Hasta que esos factores desaparezcan y volvamos a los niveles de cáncer que había hace unas décadas, cuando una serie de cosas que hoy abundan, no existían.
¿Por qué tenemos que aceptar sin más unos hechos consumados que se nos han impuesto?
Se me abren las carnes cuando veo todo lo que la ciencia sabe de esto. Cuantos miles de investigaciones científicas señalan hacia cientos de sustancias cancerígenas y como luego ciertos “médicos” no dicen nada de eso a los pacientes. No sólo porque eso pudo haber causado su enfermedad y seria bueno poner a salvo a otros, sino porque esos mismos factores pueden estar empeorando el estado del paciente ya enfermo.
No hablaré de como se desinforma y neutraliza el carácter reivindicativo que debieran tener algunas asociaciones de enfermos haciendo que no reclamen prevención y no digamos responsabilidades, sino otras cosas que , curiosamente, siempre benefician a ciertos sectores.
Es loable que se acompañe a los enfermos y se ayude a que superen la enfermedad. Pero no es sano considerar que estas enfermedades son una suerte de fatalidad inevitable.
Y es mentira. Son perfectamente evitables, en una gran mayoría de los casos. Son prevenibles. Volviendo al ejemplo de la bañera. Pareciera que se nos quiere convencer de que todo es sacar cubos de agua. ¿Pero por qué nadie cierra el grifo?.
Cierren el grifo de los factores cancerígenos y verán como se reduce el número de casos de cáncer. Es lo que piden miles de investigadores en todo el mundo y apenas se les hace caso. Relean, por ejemplo, el Llamamiento de París.
(https://carlosdeprada.wordpress.com/toxicos-y-salud/enfermedades-y-toxicos/el-llamamiento-de-paris/)
Tarde o temprano habremos de mirar de frente el problema. No se puede seguir indefinidamente con esta loca huida hacia delante.
No son los marcianos los que están enfermando. Son nuestros padres, madres, hermanos, hijos, parejas,… Incluso los de los directivos de la industria química, sea que fabriquen pesticidas cancerígenos o sea que fabriquen fármacos anti-cancerígenos, o sea que fabriquen a la vez ambas cosas, como por cierto suele suceder con cierta frecuencia.
Está bien que haya quien solo esté mirando las estadísticas de ventas, sea de sustancias cancerígenas , de anti-cancerígenas o de lo que sea, y que le guste ver esas rayitas subir y subir por los gráficos. Pero tarde o temprano alguien tendrá que pararse a pensar.
Aquí hay quien, de modo urgente, debe pensar en reconvertir algunos negocios. No teman, hacerlo no empeorará nuestra calidad de vida (por mucho que algunos digan tal cosa irreflexivamente).
El día que algunos dejen de fabricar cancerígenos habrá menos cáncer. Y menos anti-cancerígenos, Y nuestra calidad de vida, a nivel sanitario y económico, mejorará. Porque el esquema presente es demasiado oneroso en todos los sentidos.
Hay alternativas. Y deben ponerse en práctica. Los negocios tóxicos no tienen futuro. Piensen un poco: necesitan clientes. Otra cosa podrá dar réditos durante un tiempo, pero después vendrá el desastre. Desastre que, por cierto, como es evidente, ya se está materializando en cientos de miles de vidas truncadas. Pero que no podemos permitir que vaya a peor.
La Medicina tiene que dar un giro copernicano, de 180 grados, en este tema. Tiene que pasar de su lema actual: más vale curar que prevenir, al lema decente: más vale prevenir que curar.
Si todo se está haciendo bien, si los sastres son tan hábiles, ¿por qué el cáncer no para de crecer y crecer?. ¿Quien tiene la culpa, el Hado?.
Entiendo que el creciente número de enfermos de beneficios a las farmacéuticas.
Entiendo que a la industria química no le guste que controlen o prohiban sus sustancias.
Entiendo que haya algunos médicos que hagan muy buenas migas con la industria químico-farmacéutica.
Entiendo eso y muchas más cosas que no quiero decir por prudencia.
Pero preferiría no entender tantas cosas.
Simplemente tengo algo que decir: no prevenir, tal y como se están poniendo las cosas (no sólo con el cáncer sino con otras enfermedades) , puede no ser un descuido sin importancia. Incluso, en alguna medida, puede ser algo criminal, si juzgamos sus efectos.
Ahora que cada uno busque excusas para justificar por qué no prevenimos. “Es que no está claro”, “es que no se puede”, “es que hay alarmistas”,… Busquemos excusas. Que cada cual acuse a quien quiera o a nadie. Al final es probable que se cumpla lo de aquel dicho de «entre todos la mataron y ella sola se murió». Y es probable que se opte, como tantas otras veces, por matar al mensajero, que para eso estamos. Maten al niño del cuento traje del emperador. Así todos viviremos más tranquilos, más enfermos, pero tranquilos, eso sí. Como en el Mundo Feliz. Como la paz de los cementerios.
Y eso sí, sigan descuidando la medicina ambiental. En especial en enfermedades ambientales como el cáncer. Total, ¿para qué potenciarla?
Y que nadie me malinterprete. Obviamente hay que dar la mejor atención a los enfermos que ya hay y los mejores tratamientos. Me alegro de que se salve a muchos de los que enferman. Pero ,insisto, eso no puede servir para que desviemos la mirada del gigantesco error que supone no darnos cuenta que las personas que salvaríamos de la enfermedad o de la muerte serían muchas más si existiese una voluntad firme de prevenir, cayese quien cayese, anteponiendo la vida humana a cualquier otra clase de consideraciones.
Una exposición de sentido común en estado puro….Gracias Carlos por tus informaciones. Comparto contigo el augurio nefasto para el futuro de la sanidad pública: será insostenible.
También es cierto que es un tema de dificilísima solución si la sociedad no toma consciencia de forma global. Pero el indivíduo, poco puede hacer sin el respaldo del resto de la sociedad y de las administraciones. Obviamente los factores ambientales son los causantes, pues con éste interactuamos como seres vivos. Y los agentes contaminantes en el aire (vehículos, fábricas, etc), agua (trihalometanos y otros compuestos cancerígenos), comida, etc, están tan ligados al día a día que tendría que haber un nuevo orden mundial para poder atacar las causas eficientemente…
Desgraciadamente, estamos pagando, y pagaremos aún más, el «progreso» del siglo XXI. No obstante, no podemos permanecer impasibles, la prevención es esencial, y empieza por uno mismo y por los que nos rodean. Me uno a tu lucha, que es también la mía y la de muchos.
Saludos.
Muchas gracias Juanxe.
Me alegra ver que hay gente como tú. Creo que que haya personas así, que se tomen la molestia de informarse sobre las cosas y de tener espíritu crítico, es una parte importantísima de cualquier posible solución. Solo es preciso que exista una «masa crítica» de personas que piensen para promover cambios importantes. Hay cosas muy graves que están pasando y que pareciera que nadie repara en ellas, pero eso puede cambiarse si se tienen unos objetivos claros y una voluntad firme. No sé quien dijo aquello de «dadme un punto de apoyo y moveré el mundo». Y éso es lo que , espero que con un poco de apoyo, creo que un grupo de personas podemos hacer. No pierdas de vista este blog (ni la web que preparo)
Muchas gracias de nuevo
Gracias a tí.
Gente con espíritu crítico quiero creer que hay más de la que pensamos. Seguro que has movido muchas consciencias con el blog, y ojos que te leen seguro que son muchos, aunque la mayoría quizás no te ponga unas palabras.
Creo que una de las claves de la madurez social, es precisamente eso, el espíritu critico hacia lo que nos rodea, sin posicionamientos viscerales ni encasillamientos políticos. Una de mis máximas: «La mitad de lo que te cuentan, no lo creas. La otra mitad, dúdala.»
Por cierto, fue Arquímedes quien postuló la frase de «dame un punto de apoyo….», en alusión al mecanismo de trabajo de una palanca. El hombre, al descubrir el concepto físico de Momento (no de tiempo, si no de una fuerza por una distancia), se dió cuenta que con una misma fuerza, aumentando la distancia el momento que crea aumenta con éste, y si el material lo permite, se pueden levantar grandes pesos. Pues eso, que se nos emocionó Arquímedes…..pero ahí quedó su frase, la cual suscribo….
Por último, decirte que nos pasa a muchos, que aunque nos gustaría tener un mayor grado de implicación en ciertos temas, como el que tratas, los quehaceres diarios y otros menesteres dejan la «responsabilidad social» casi de lado. Pero un primer paso para atajar un problema, es reconocer que existe. La revolucion de los hombres/mujeres pensantes y críticos con el entorno, empezó hace tiempo, y líderes intelectuales como tú, en este caso, nos hacen a muchos caminar en esta dirección, con tus granitos de arena, creando opinión e informando . Chapeau.
Gracias y hasta otra. Saludos,
Juan.
Gracias de nuevo, Juan.
Sí, la verdad es que no me puedo quejar de la cantidad de gente que entra en este blog. Aunque «quema» un tanto saber que si tratase temas más frívolos esa cantidad sería mucho mayor. En fin, es la maldición de los tiempos. La frivolidad y el creer que hay que «divertirse» y «distraerse». ¿Distraerse de qué?- ¿De la realidad?. ¿Divertirse?. En terminología militar una maniobra de diversión es utilizada para atraer la atención y las fuerzas del enemigo hacia donde uno desea. Y creo que algo de éso hay hoy con tanta «diversión». Recuerdo cuando tenía 16 o 17 años y salía de casa para darme una larga caminata por la estepa y las arboledas. Mi madre, en la puerta, con la mejor voluntad me decía «que te diviertas». Y confieso que me molestaba un poco. Yo no iba a la estepa a divertirme, sino a algo que yo juzgaba muy serio. En aquellos tiempos estaba iniciando mis pasos como naturalista y nunca me tomé aquello como una «diversión». Es más, creo que lo que más me ha «divertido» en la vida es saber que hacía cosas que valían la pena. Nada «divierte» tanto como ayudar a la gente o, pongamos por caso, defender la Naturaleza. Los placeres más duraderos son los del espíritu. Por eso no complendo como hay quien se sigue obstinando en «distraerse» tanto y querer como el personaje «Cifra» de Matrix vivir en la ignorancia. Ignoran muchos que la diversión real está en hacer frente, de cara, a pecho descubierto, a la verdad. En ser, al fin y al cabo, un poco como el niño del traje del emperador. La vida o es una aventura o simplemente no es vida. Acaso sea más cómodo dejarse llevar por la corriente que esforzarse en ir contra ella. Acaso parezca más fácil callar y no pensar. Pero hacerlo, por mucho éxito material ,siempre transitorio, que pueda conquistarse con ello, es morir en vida. Y si uno ha venido al mundo es para vivir. Si uno tiene ojos es para ver. Si uno tiene cerebro es para pensar. Uno tiene no el derecho sino el deber de , aunque una masa de millones parezca no querer pensar en algo, pensar. Y denunciar los que los ojos ven, aunque haya todo un ejército -que no dudes que lo hay- en contra. Un ejército de intereses creados. Mucha gente cree hoy que el pensar es algo que podemos delegar. Que ya hay «expertos» que piensan en las cosas. Que nosotros, dentro de la creciente super-especialización de la colmena humana, tenemos simplemente que comportarnos como simples piezas inertes de un enorme engranaje sin plantearnos hacia donde avanza la máquina y todas las cosas que se quedan por el camino (incluídas vidas humanas). Que es poco lo que cada invividuo puede hacer aisladamente. Yo me resisto a esa visión de las cosas. Creo que es mucho lo que un sólo indivíduo puede hacer. Yo he hecho lo que he podido que siempre es menos de lo que he querido. Hago las cosas lo mejor que puedo, aunque sin duda me equivoco muchas veces. No sé si soy un «intelectual» como tú me defines. Estaría mal que me creyese tal cosa. Probablemente, en el momento que me creyese algo así, mi intelecto, bajada la guardia, relajado ante cierta auto-complecencia, perdería los pocos enteros que tiene. De hecho creo que para darse cuenta de las cosas que yo denuncio no hace falta tener demasiada inteligencia. Creo que lo que sucede es que hay muchos que , por obvias que sean, prefieren, por cobardía, no fijarse en ellas. La cobardía es prima hermana de la frivolidad (ya que esta última es el refugio de los cobardes que no quieren afrontar la verdad de las cosas). En fin , simplemente soy alguien que intenta contar lo que ve. En este caso para alertar a mis semejantes ante ciertas cosas en las que parecen no reparar. Porque como tú creo que, efectivamente, hay gente que desea saber la verdad de las cosas. Y que probablemente sean más de los que creemos. Mi labor, que es muy larga ya, entraña desgaste. Y en ése contexto siempre es grato ver que hay quien, como tú, parece apreciarlo. Por eso te lo agradezco, como agradezco que me aclarases lo de la palanca. Sabía que se refería a éso aunque no con tanto detalle. Ojalá podamos hacer palanca y mover, cambiar, un estado de cosas tan lamentable en tantos aspectos. Un abrazo
Una oda filosófica a la vida que da gusto leer. Desde luego, eres una persona curiosa (en el mejor sentido) y muy recomendable.
Hasta pronto.
El día que algunos dejen de fabricar cancerígenos habrá menos cáncer. Y menos anti-cancerígenos, Y nuestra calidad de vida, a nivel sanitario y económico, mejorará. Porque el esquema presente es demasiado oneroso en todos los sentidos.
Hay alternativas. Y deben ponerse en práctica. Los negocios tóxicos no tienen futuro. Piensen un poco: necesitan clientes. Otra cosa podrá dar réditos durante un tiempo, pero después vendrá el desastre. Desastre que, por cierto, como es evidente, ya se está materializando en cientos de miles de vidas truncadas. Pero que no podemos permitir que vaya a peor.
Woow me encanto ,que coraje , que forma de protestar contra tanta injusticia en contra del ser humano .
Afortunadamente en la empresa que trabajo estamos produciendo productos libres de toxicos y la gente nos tira de locos extremistas , por que estamos senalando que el emperador esta desnudo , como bien dices tu.
Recibe un fuerte aplauso y una gran ovacion a tu responsable trabajo.
Muchísimas gracias, Carlos. Son cada vez más las voces que discrepan del tratamiento que se le da al problema del cancer y que aportan datos avalando el gran negocio que se esconde detrás.
Tristemente casi todos tenemos (o hemos tenido) cerca personas afectadas por el cancer que nos hemos sentido completamente engañados al descubrir (casi siempre tarde) que los tratamientos y las terapias no sirven para mucho (a veces sólo para complicar más las cosas).
Pero es todavía más duro cuando luego descubres que existen fórmulas diferentes y menos agresivas para afrontar la enfermedad, aunque menos rentables también.
Seguramente esto parezca una «burrada» para quienes ahora mismo están siendo sometidos a la tortura del tratamiento contra el cancer. Lo siento muchísimo si mis opiniones les pueden molestar o doler, pero creo que es obligación de todos denunciar lo que tú describes y lo que muchos hemos comprobado en nuestro entorno más directo.
Seamos valientes y reconozcamos la verdad: no interesa a ciertos sectores que el cancer se convierta en una enfermedad transitoria o (en el peor de los casos) en una enfermedad crónica pero no mortal.
Se frenen investigaciones y alternativas de tratamientos no agresivos. Y sobre todo no se hace absolutamente nada para prevenirlo realmente (preocupa el calentamiento y preocupan las energías renovables pero no preocupa el daño a la salud que el medioambiente provoca).
Un saludo y gracias de nuevo por tu trabajo.
Hola, que interesante lo que expones. La mayoría de las veces, vamos por la vida sin pensar en que somos enfermos potenciales de cáncer, hasta que te toca de cerca. En mi caso, fue mi padre, muerto por cáncer de hígado.
Sin embargo, me gustaría saber si cuentas con la información de cuántos sobreviven al cáncer y cuántos se sanan de manera «milagrosa», sean creyentes o no, existen en el mundo. Según estudios efectuados en Alemania, podría existir un gen en algunas personas privilegiadas que «desactiva» el cáncer, haciendo retroceder la enfermedad y reduciendo los tumores.
Ojalá tengas esa información a la mano. Un saludo cordial desde México a la Madre Patria que tanto quiero.
Querida amiga. Para contestar a lo que dices debéría investigarlo, ya que no me gusta responder a la ligera. Debería buscar datos, cotejarlos, etc. El tema que comento es que aunque con temas como la detección temprana , los tratamientos convencionales, etc. se pueda mejorar algo la calidad de vida o prolongar los años que una persona sobreviva, entre otras cosas, ello no actúa sobre una serie de factores que siguen haciendo que la incidencia de una serie de cánceres siga en progresión y que más y más gente enferme. Sobre lo que me comentas, decir que parece que es muy claro que en muchos casos influyen factores como los psicosomáticos, haciendo que personas con una disposición positiva puedan superar mejor la enfermedad. Sobre lo que comentas de ése gen no tengo datos. En cualquier caso, lo que comento en el artículo va más enfocado hacia el asunto de la falta de prevención más que a ver vías para mejorar las perspectivas de los que ya han contraído la enfermedad, aunque también se comente que evitando los mismos factores causales puede también ayudarse a una mejora de los pacientes que ya tienen cáncer en muchos casos. Muchas gracias por tu comentario
Hola Carlos. Acabo de descubrirte (tarde, ya sé). Lo que dices es obvio pero en general la gente parece no querer saber. A los 23 años (tengo 48) trabajé en invernaderos utilizando pesticidas, herbicidas etc, y enfermé. Después de ir de médico en médico sin que me viesen nada me diagnosticaron sensibilidad química y fatiga crónica. Yo ya me había dado cuenta de que el olor de ciertos productos empeoraban mis síntomas (ambientadores, productos de limpieza, el relleno de algunos sofás y cojines…). La gente me mira como si estuviese loca cuando digo, por ejemplo, que no echen ambientador en el ascensor porque me pongo muy mal. Siguen echándolo «para que huela bien». Ya ni me atrevo a proponer que se friegue la escalera con vinagre en vez de con lejía.
Lo que intento explicar, para ver si así la gente se conciencia, es que, aunque yo, por mi sensibilidad, noto los efectos nocivos de ciertos químicos al momento, estos productos son malos para todo el mundo. Mi hermana murió joven por el cáncer, además de primos y varios amigos. Lo que tu dices es lo razonable, lo lógico, no seguir fabricando los químicos nocivos y no lanzarlos «al mercado» si no se saben las consecuencias. Como a los que ganan dinero con ello no les interesa, van a seguir haciéndolo aprovechándose de nuestra ignorancia que nos hace seguir comprando estos productos sin rechistar.
Por eso es tan importante la labor que haces de información, aunque me temo que los que entramos voluntariamente en estas páginas somos los que ya estamos concienciados (en casos como el mío por haber sufrido estos efectos nocivos). Estaría bien que te dejasen tener acceso a televisiones, radios etc. para llegar a más gente (yo te escuché ayer por primera vez porque te vi en un programa de televisión de madrugada donde entre otros había un médico contradiciendo lo que decías. Increíble que un médico especialista en tóxicos hable así y diga barbaridades como que si evitamos los químicos «no progresamos» y volvemos a las cavernas). En fin; todo este rollo es simplemente para darte las gracias por el esfuerzo que estás haciendo. Si yo siento incomprensión entre la gente que me rodea me imagino las presiones y malas malos modos que tendrás que soportar tú. Gracias.
Marta
Muchas gracias a tí, amiga
pero hombre señor Carlos porque acusa usted?
Escrito está. Gracias
Carlos queria decir que todo está bien, porque el sistema sanitario está a la altura de la gente, el sistema no es bueno claro pero la gente no es mejor
Hay mucho de cierto en lo que dice. Es la misma gente la que propicia lo que hay con su poco espíritu crítico. Gracias
Pues tienen lo que se merecen, está todo bien, no hay porque quejarse ni acusar a nadie
Dijo Aristoteles «cada pueblo tiene los gobernantes que se merece»
y un famoso judio dijo «cada uno recoge lo que siembra»
Toda esta problematica que usted denuncia se la han currado a pulso la mayoria de la humanidad, por lo tanto la culpabilidad está muy compartida entre todos.
No se queje, que esto es ir contra el sistema y a usted esta palabra le incomoda
Me incomodan las etiquetas fáciles. Y los «sistemas» están compuestos de personas. Puedo querer mejorar la realidad, pero no me gustan ciertos «antis». Yo sigo mi camino. Que cada cual siga el suyo y se identifique con lo que quiera
Excelente artículo. Muy buena información. Como médico quiero agregar que ll hábito de fumar puros ha aumentado en los últimos 10 años. El consumo de dos puros al día duplica el riesgo de cáncer bucal y esofágico; el de tres o cuatro puros al día aumenta ocho veces el de cáncer bucal y cuatro el de cáncer esofágico. El tabaco para masticar es un carcinógeno relacionado con caries dental, gingivitis, leucoplaquia bucal y cáncer bucal.