Estamos en la continuación salmantina de la Sierra de Gredos, donde este soberbio macizo montañoso recibe antes las borrascas que vienen del Atlántico ,convirtiendo algunos rincones de estos montes en especialmente exuberantes. En las partes altas de la Sierra, que llega a superar en esta zona los 2.400 metros de altitud, se aprecian perfectamente las huellas dejadas por antiguas lenguas glaciares. Los más andarines y montañeros acaso podrían aspirar a subir a esas cumbres, desde la plataforma de El Travieso (1.950 metros y a unos 10 kilómetros subiendo por una carreterita desde Candelario) e incluso asomarse a las bonitas Lagunas del Trampal que hay tras la cuerda serrana. Pero para los menos andarines también hay algunas bonitas recomendaciones en estas montañas donde no falta el gato montés, la nutria , el jabalí o el águila real
Junto a Béjar el río Cuerpo de Hombre corta la roca granítica en el estrechamiento de “el Tranco del Diablo” . Si bajáramos por el río, como queriendo acercarnos al Alagón, en el que tributa sus aguas, mucho antes, cerca del Puerto de Béjar, que une Salamanca y Cáceres, veríamos hermosos paisajes de castaños en la zona de Montemayor del Río. Pero no es preciso ir en aquella dirección ya que desde la misma Béjar basta alzar la mirada para ver ,e n la ladera de enfrente, el santuario de su patrona, la Virgen del Castañar ,rodeada, como no , de castañares. Desde el santuario pueden hacerse bellos paseos.
• Otra opción es ir al cercano pueblo de Candelario, precioso pueblo chacinero por cuyas calles corre el agua canalizada. La verdad es que ya en el mismo pueblo, por ejemplo en su parte oeste, el río de Candelario, ofrece bellos escenarios de alisos, musgo y rumor de aguas limpias, pero si queremos aún más Naturaleza, podemos, por ejemplo, coger la carretera que va hacia el cacereño pueblo de La Garganta y algo así como a dos kilómetros, acercarnos al río Cuerpo de Hombre ,en el paraje de Puentenueva donde disfrutar de un río de aguas más copiosas, de rápidos, de pozas, de alisedas, de truchas y demás en un entorno de prados y bellas arboledas. Un poco más allá por la misma carretera llegaríamos al Puente de los Avellanares y, apenas un kilómetro aguas arriba por el propio río Cuerpo de Hombre que baja desde sus fuentes serranas, encontrarnos con los robledales de la famosa Dehesa de Candelario, donde no solo hay melojos sino algunos acebos y preciosos abedules. Para personas más andariegas quedaría el trepar en busca de donde nace el río, en la zona de Hoya Moros, donde los glaciares dejaron su huella
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