CASTILLA LA MANCHA
PARAÍSO DE LA DIVERSIDAD
La Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha encierra en su seno uno de los patrimonios ecológicos más valiosos de Europa. Su gran variedad de paisajes, de hábitats naturales , de fauna y de flora la convierte , sin duda, en uno de los territorios más singulares del continente europeo para la preservación de la diversidad biológica. Este patrimonio natural ,-perfectamente imbricado en el paisaje castellano manchego con el patrimonio cultural, histórico-artístico, etnográfico, gastronómico, etc.- es uno de los grandes recursos de la región. Aunar su conocimiento y su conservación es una de las claves del desarrollo sostenible en Castilla-La Mancha. La puesta en valor de un patrimonio que ,mediante instrumentos como el turismo cultural y de la Naturaleza, convierte en una sola cosa la promoción económica de la región y la concienciación y la conservación de los magníficos tesoros naturales y culturales del territorio.
Es imposible sintetizar en pocas palabras las maravillas naturales de una región como esta , repleta de rincones con extraordinarios contrastes. Vamos a intentarlo dando algunas sencillas pinceladas que ,a pesar de ser de poco detalle, como las de un pintor impresionista, nos permitan no obstante tener una visión de conjunto del magnífico cuadro de la Naturaleza regional.
SIERRA DE AYLLÓN
La mayor altura de la Comunidad Autónoma se encuentra en el pico del Lobo, en la Sierra de Ayllón, un macizo montañoso con notables valores ecológicos en los confines con Castilla y León. Una de las muchas singularidades de este macizo montañoso es la presencia en él de un anticipo de un tipo de bosques que es más frecuente observar en tierras más norteñas. La Naturaleza nos sorprende aquí con la pincelada de color de umbrosos hayedos, como los del Parque Natural de la Tejera Negra (cerca de Cantalojas, en Guadalajara). Y los hombres, no queriendo romper la armonía cromática, han adaptado sus modos constructivos al paisaje, con la preciosa arquitectura negra. En esta zona la Naturaleza, ha pintado los perfiles de otras montañas, como los de la Sierra de Alto Rey, con sus amplios pinares silvestres, o los del llamativo Ocejón, presidente de una buena parte de los paisajes alcarreños, en cuya ladera occidental nos sorprende la bella cascada de Despeñalagua. Bajan de estas montañas ríos trucheros maravillosos como el Sorbe, el Pelagallinas o el Bornova y sus cielos son el dominio de la reina de las aves: el águila real.
SIERRA DE SAN VICENTE,
ENTRE EL TIÉTAR Y EL TAJO
Aneja a la parte más oriental de la Sierra de Gredos, y separada de este macizo montañoso por el curso alto del río Tiétar, se halla la Sierra de San Vicente. El pincel de la Naturaleza ha usado aquí el verde estacionalmente mudable de los robledales y castañares en las partes más altas de la sierra, y el verde eterno de los viejos y amplísimos encinares que hay en la mayor parte del macizo y su piedemonte. Ha pintado también aquí, graciosamente, el curso del humilde río Guadyerbas que, tras embalsarse en la presa de Navalcán– importante refugio de grandes contingentes de aves acuáticas, se unirá a otro río mayor ,el antes citado Tiétar, en uno de los entornos de bosque mediterráneo más notables de España, tanto por el bosque en sí mismo, como por sus pobladores faunísticos, entre los que destaca el águila imperial.
Al sur de la Sierra de San Vicente, se abre la depresión del Tajo. El río más largo de la península culebrea, trazando graciosos meandros. Y es como si sus aguas, convertidas en un mágico pincel dador de vida hubiese hecho crecer en sus orillas notables tramos de bosques de ribera. En algunas laderas vertientes al río la erosión ha modelado interesantes tramos de cárcavas erosivas, como las de Burujón , sobre el embalse de Castrejón o como las de las del infierno o las de la Media Luna, cerca de Talavera.
LA ALCARRIA
Una de las zonas de mayor personalidad de Castilla-La Mancha se encuentra también en la cuenca del mismo río , pero aguas arriba, en las provincias de Guadalajara y Cuenca. Hablamos de la Alcarria, paisajes de meseta montuosa donde se intercalan zonas llanas en las partes superiores hendidas por profundos vallejos con carrascales. Encontramos aquí grandes embalses como el de Entrepeñas o el de Bolarque ,en el Tajo, y el de Buendía en el Guadiela. Presas que se levantaron en la barrera montañosa de las Sierras de San Sebastián y Altomira, de modesta altitud pero interesantes valores naturales, con sus pinares y encinares y sus zonas de cortados calizos. Aves rapaces como el halcón peregrino ,el águila real, el águila perdicera o el buho real, corzos, jabalíes, y otras muchas especies tienen aquí su refugio. Una vez el Tajo ha atravesado estas montañas, ya en tierras más llanas, ofrece interesantes entornos naturales en el embalse de Almoguera. En esta zona las ruinas de Recópolis añaden su importancia arqueológica a la de los valores ecológicos del entorno.
Son también muy interesantes los paisajes que nos ofrecen los valles del Tajuña , con presencia de nutria, o el Henares. En torno a este último, además, podemos sorprendernos con los valles de ríos menores, como el río Salado, con las famosas salinas de Imón y de la Olmeda (el dinero obtenido con su sal sirvió para levantar la catedral de Siguenza), o el Dulce, con sus famosa hoces.
No debe olvidarse la presencia en la zona de formaciones forestales muy interesantes, como los bosques mixtos de encina y quejigo existentes entre el Henares y el Tajuña.
SISTEMA IBÉRICO MERIDIONAL
La Naturaleza no ha escatimado talento artístico al componer los escenarios increíbles de la Serranía de Cuenca , en el Sistema Ibérico. En esta serranía el Júcar y otros ríos trucheros -Guadiela, Escabas, Cuervo,…- , en un incansable trabajo de millones de años erosionando los complejos sistemas de sedimentos calcáreos marinos, han labrado un cuasi-universo de hoces imponentes, pobladas de aves rapaces, algunas de nombres tan sonoros como la de Tragavivos. Ya la propia capital de la provincia , ese “nido de águilas sobre una roca” como la bautizase don Pío Baroja, y en donde el arte humano y el de la Naturaleza se unen en una única realidad, se halla encaramada sobre dos de estas hoces: la del Júcar y la del Huécar, como un feliz preludio de las maravillas naturales y a la vez, artísticas, de la Serranía. Una Serranía en la que el rumor de vastos pinares encierra rincones increíbles para los amantes de las ciencias de la tierra ,o simplemente para los amantes de la belleza, como la Ciudad Encantada, las Torcas o el Nacimiento del Río Cuervo.
Pero no sería justo dejar de citar otros escenarios ,más o menos alejados de la Serranía, pero no menos notables de la provincia, como las hoces de Alarcón, en el Júcar, o las hoces del Río Cabriel, ya en el límite con Valencia. Y aunque ya en Albacete, no debe dejar de aludirse a las hoces con que el río Júcar ,en la zona del pueblo de Alcalá del Júcar, con su castillo roquero y sus casas-cueva, se despide de Castilla La-Mancha antes de penetrar en Valencia.
Al norte de la Serranía de Cuenca, penetrando ya en la provincia de Guadalajara, encontramos otro de los más sublimes espectáculos naturales de Castilla-La Mancha y de España: el que nos ofrece el Alto Tajo. Más de cien kilómetros de cañones fluviales, donde además de los del Tajo, como los del famoso Hundido de Armallones, encontramos los de algunos de sus afluentes como el Cabrillas o el Gallo, con las mágicas formaciones rocosas de la Virgen de la Hoz donde, de nuevo, el arte de la Naturaleza y el humano se funden. Y todo en un entorno de bosques inmensos de pino laricio, rodeno o silvestre, de encinares en las solanas o de sabinares en la Paramera de Molina, la Molina de las imponentes torres. Un entorno que es predio de buitres leonados, águilas reales y perdiceras ,con sus vuelos majestuosos , que pintan sus trayectorias admirables sobre los cielos de la zona.
SIERRAS DE ALCARAZ Y SEGURA
Al sur de la región, la Naturaleza pintó otros escenarios magníficos. Pintó ,en un repliegue de las montañas , el nacimiento del río Mundo, haciéndolo despeñarse ochenta metros , recién nacido, tras salir de una cueva caliza en las montañas más altas de la provincia de Albacete. Pero siendo imponente este lugar, no lo es menos en conjunto de sierras en el que se enmarca, como es el caso de la Sierra de Alcaraz ,uno de los enclaves montañosos más interesantes de España, cubierta de extensos pinares laricios y hogar de águilas, ciervos, cabras montesas e innumerables otras especies. Un poco más al sur tan sólo se alza la Sierra del Segura, que acoge tramos casi virginales del río homónimo, cerca ya de los confines más meridionales de Albacete que besan ya la provincia de Granada. Se deja sentir aquí ya, una vez más en otra suerte de paradoja, la rica diversidad de la región, ya que junto a las zonas umbrosas vemos amplios espartales, anticipo de los de la vecina Murcia.
MONTES DE TOLEDO Y SIERRA MORENA
Poco tienen que ver los paisajes de las montañas que hemos descrito -Serranía de Cuenca o de las sierras de Alcaraz y Segura – ubicadas al este y sureste de la región, con las que encontramos al oeste y suroeste de la misma. Es el caso ,como vamos a ver , de los Montes de Toledo y de Sierra Morena. Aquí la Naturaleza quiso usar otros colores y formas y frente a los trazos rotundos de los cantiles calizos y matices del verde de los pinares, opuso suaves perfiles montanos y el verde más oscuro de los encinares.
Los Montes de Toledo, a caballo de las provincias de Toledo y Ciudad Real, son sin duda alguna, uno de los paraísos naturales más destacados del continente. Una de las más valiosas muestras del bosque y matorral mediterráneo español. Hogar de ciervos, jabalíes, linces, águilas imperiales, buitres negros,… e innumerables otras especies. Acaso el más conocido de sus espacios naturales sea el Parque Nacional de Cabañeros, uno de los mayores tesoros de la Naturaleza española, con sus exuberantes laderas cubiertas de densa vegetación mediterránea y su amplia “raña” central, especie de Serengueti español, que Natura quiso salpicar con pinceladas de encinas dispersas. Pero Cabañeros , con ser extenso, no es sino una parte tan sólo del vasto dominio de Los Montes , desde la interesante comarca de La Jara al oeste, hasta Puerto Lápice, al este, donde entre encinas, alcornoques, quejigos, robles, jaras, brezos, labiérnagos y lentiscos, sobrevive una nutrida fauna. A través de todo el oeste de la provincia de Ciudad Real, atravesada por un río Guadiana que busca tierras extremeñas, estos paisajes de montes y dehesas –como los de la Sierra de los Canalizos-,comunican ,hacia la zona de Almadén y Chillón, con otro de los grandes escenarios del bosque y matorral mediterráneo de la región, y del planeta: Sierra Morena. Desde aquí y hacia el este, en los confines de Córdoba primero y de Jaén después, no hacemos más que recorrer un contínuo de cientos de miles de hectáreas de espacios naturales repletos de diversidad biológica comparable a la de los Montes de Toledo, y que nos ofrecen entornos de gran belleza, como los de Sierra Madrona y el Valle de Alcudia, por no citar otros. En pocas zonas de Europa el pincel creador de la vida trabajó tanto.
CAMPOS DE HELLÍN
Una zona especialmente singular de Castilla-La Mancha, son los Campos de Hellín en el extremo suroriental de la región. Zona con una climatología marcadamente seca ,en la que abundan los espartales y donde podemos encontrar algunos espacios naturales singulares, como el Pitón Volcánico de Cancarix o humedales como la laguna de Alboraj o los saladares de Cordobilla, en los que se encuentram plantas amantes de la sal como la Sarcocornia fruticosa , una especie propia del litoral que tiene aquí su única localidad conocida tierra adentro.
EN LAS LLANURAS INTERIORES
El último gran brochazo del cuatro regional puede ser la amplia llanura central y sus vastos paisajes. Hay en Castilla-La Mancha paisajes esteparios de gran valor ecológico, aparte de los de los Campos de Hellín ya citados, entre los que podemos citar los que hay al este y al oeste de la provincia de Toledo (en las llanuras de Oropesa, por ejemplo), los que hallamos al occidente de la de Cuenca (junto a Tarancón), los de la campiña del Henares (Guadalajara), los del Campo de Montiel (Ciudad Real) o los que, en la provincia de Albacete, podemos contemplar en El Bonillo, al oeste, o entre Chinchilla y el Bonete ,al este. Una gran brochazo amarillento en el estío, reino de una interesante flora y de una rica fauna ornítica: avutardas, sisones, gangas y ortegas, alcaravanes,… cuyas libreas, de forma dominante, imitan el color de la tierra en la que viven.
Junto a estos paisajes, quintaesencia del tópico de una región seca, una de las muchas paradojas paisajísticas de la región, como si la gran pintora Naturaleza hubiera querido salpicarla con pinceladas de espejos de agua que reflejasen el azul del cielo: la llamada Mancha húmeda, cuya muestra más conocida es el famoso Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, testimonio de las antiguas “tablas” o llanuras aluviales inundadas que antaño ocuparon áreas mucho mayores. Pero las Tablas de Daimiel son tan sólo una muestra de las decenas de insólitos oasis vivientes que hay en la Mancha y en los que los que podemos observar una tremenda variedad de aves acuáticas: fochas, patos colorados, patos cuchara, aguiluchos laguneros, flamencos,… que añaden, con la diversidad de sus plumajes, aún más riqueza cromática al cuadro que describimos. Por citar sólo algunos complejos lagunares importantes, podemos hacerlo con los de la zona de Pedro Muñoz-Manjavacas , los de la zona de Alcázar de San Juan y Quero-Villafranca de los Caballeros o, entre otros, los del Campo de Calatrava, en el que destacan algunas lagunas originadas en antiguos cráteres volcánicos de explosión (“maares”). Pero, obviamente, no podemos obviar el que en un entorno poblado por valiosos sabinares en el Campo de Montiel, se nos ofrece en el mismísimo nacimiento oficial del río Guadiana. Hablamos del bellísimo espectáculo de las Lagunas de Ruidera, uno de los más notables ejemplos de la evolución dinámica de los paisajes karsticos , en contínua trasformación. Aquí el pincel fue la acción del agua disolviendo la roca caliza y, luego, los carbonatos que el agua portaba y que se depositaron formando los muros naturales de toba travertínica que separan las lagunas y que, en algunos puntos dan píe a la ruidera de las cascadas.
Hemos hecho tan sólo un fugaz recorrido argumental por la Naturaleza de Castilla-La Mancha. Describir los múltiples matices de uno tan sólo de los rincones que hemos citado requeriría amplias monografías sobre sus particularidades geológicas, florísticas, faunísticas,… Y ,además, en las pinceladas que hemos dado, hemos dejado fuera, necesariamente otros muchos rincones singulares que sería interminable referir. La Naturaleza de Castilla-La Mancha es, por sí misma, un microcosmos de extraordinaria diversidad. Una sinfonía cromática y morfológica en la que es precisamente la diversidad de las tonalidades, de los colores y las formas de los hábitats y de sus integrantes geológicos y biológicos, la que da tal riqueza y fuerza a esta obra del arte de la Naturaleza que son sus paisajes y en la que el hombre a lo largo de los milenios ha dado también sus brochazos, unas veces para bien y otras para mal. Que sea para bien ha de ser el objetivo de todos.
Copyright Carlos de Prada
(Estás en el blog de Carlos de Prada)
Un buen artículo. Tenemos mucha suerte de contar con lugares tan increíbles como los mencionados en el artículo. La naturaleza es un tesoro que deberíamos mimar tanto como a nosotros mismos. Gracias y saludos desde la Sierra de Cádiz. http://www.ruralcadiz.com