Aún comprendiendo que a mucha gente le interese más cualquier declaración frívola de un futbolista o de cualquier famoso de tres al cuarto, creo mi obligación dar a conocer otras declaraciones que, a diferencia de las anteriores, tienen una importancia clave para el futuro de la Humanidad y sobre las que, lamentablemente, apenas se habla.
Una de estas declaraciones es la que sigue y de la que hablamos: la Declaración de Praga. Leán , por favor, con mucha atención:
En mayo del año 2005 un amplio grupo internacional de científicos , reunidos en la ciudad europea de Praga firmaron una importante declaración que luego suscribirían centenares de otros investigadores a lo largo y ancho del globo. Eran científicos pertenecientes a multitud de universidades , centros de investigación , institutos, agencias públicas ,… de países como Alemania, Estados Unidos, Dinamarca, Italia, Francia, Suecia, Suiza, Reino Unido, Bélgica, España, Israel, o los Países Bajos, entre otros.
La Declaración de Praga sobre la Disrupción Endocrina , que así acabó conociéndose el documento que firmaron, mostraba bien a las claras la enorme preocupación existente en la comunidad científica acerca de los contaminantes a los que nos estamos refiriendo.
El documento comentaba que “los europeos están expuestos a bajos niveles de una gran cantidad de disruptores endocrinos que pueden actuar conjuntamente” y que son “detectados en los tejidos humanos y en la leche materna”. Que la exposición se da “desde etapas muy tempranas de sus vidas cuando su organismo en desarrollo puede ser particularmente sensible” y que el marco actual de normas regulatorias y test de toxicidad de sustancias no está diseñado de modo que pueda hacer frente al reto que supone esta amenaza.
Los científicos criticaban algo a lo que aludimos en otro apartado , que “esos tests no tienen en cuenta los efectos de la exposición simultánea a muchos productos químicos y que pueden llevar a serias subestimaciones del riesgo existente”. Que también han pasado por alto los efectos de dosis “bajas” pero a largo plazo y ,por supuesto, que los efectos de una exposición química pueden manifestarse muchos años después de haberse producido (como se ve perfectamente en los efectos producidos en el útero materno) (1). En fin, que deben cambiar muchas cosas en las formas actuales de evaluar los riesgos químicos. Es más, que incluso los test que se hacen específicamente para evaluar los daños de las perturbaciones hormonales de muchas sustancias químicas tienden a fijarse sólo en un tipo de daños, los daños reproductivos, ignorando los que estos contaminantes pueden hacer en otros múltiples sistemas del organismo.
Este amplio grupo de científicos mostraban su “gran inquietud por la alta prevalencia de desórdenes reproductivos en los niños y jóvenes europeos así como el auge de cánceres en los órganos ligados a la reproducción , tales como las mamas y los testículos”. Desórdenes en los que la “acción hormonal” (2) , nos decían, “es importante en su origen o progresión” por lo que veían como “plausible que la exposición a disruptores endocrinos pudiera estar implicada”. Que … (SEGUIR LEYENDO)
Hola Carlos:
Me parece importantísimo que se recuerden este tipo de eventos donde los científicos más importantes del mundo se ponen de acuerdo en cuestiones tan importantes de salud ambiental. Pero vaya Vd a saber por qué, esta información no llega a la ciudadanía. Mejor tenernos adormecidos con series de tercera y famoseo de lo más cutre, no vaya a ser que la gente despierte y se monte la marimorena¡
Enhorabuena por este trabajo.
En asquifyde ponemos un link a la noticia.
Un abrazo.
Paqui
Gracias de nuevo Paqui. A ver si entre todos vamos corrigiendo la cosa, porque es penoso. Decía mi padre una frase que yo no me canso de repetir: que «cuando el sabio señala el cielo, el tonto mira el dedo». Y aquí, lamento decirlo, demasiada gente está mirando el «dedo». Demasiada gente anda pendiente de frivolidades (la moda, las marcas de ropa, el coche, el fútbol,… o la última preocupación «fabricada» por los medios de comunicación, ésa cosa por la que hay que alarmarse, porque nos dicen que es eso lo que merece nuestra alarma, a la par que no reparamos en cosas que son un millón de veces más graves) mientras el mundo se consume. Y casi nadie actúa. Esto me recuerda una escena de la película de Troya (al margen de que la película no respete demasiadas cosas de la Iliada). En esa escena Aquiles desembarca sólo con 50 hombres, mientras el resto de centenares de naves griegas se toman su tiempo en llegar a la playa. Aquiles y sus mirmidones se enfrentan solos a las armas de un montón de troyanos. Y sólo uno de los griegos, Ayax, se indigna y ,al grito de «¡los griegos están muriendo»,anima a sus hombres a que remen con fuerza ,poniéndose él mismo a remar. Obviamente ni tú ni yo, Paqui, somos Ayax ni Aquiles, pero probablemente nuestro sentimiento ante tanta desidia y desinterés, sea parejo. Y acaso nos den ganas de exclamar «¡los españoles están enfermando (y muriendo en más de un caso)!». No sé tu, Paqui, pero yo me siendo un poco solo en esta playa «troyana». Aunque haya millares de «mirmidones» que entren en este blog, obviamente, en proporción a la magnitud del problema, es un número irrisorio. Éso sí , millones de jóvenes comprarán el último disco de música «ratonera» o malgastarán su tiempo en el botellón. ¡Viva la juventud!. Y millones de españoles «maduros» se tragarán eones de prensa rosa o series de televisión. ¡Viva la «madurez»!. Estamos en Matrix y mucha gente está, como el personaje «Cifra», muy contento con estar en Matrix. No se quien se preguntó: «¿quien osa turbar el sueño de la Humanidad?». La gente no quiere despertar. Prefiere no saber nada, aunque eso le cueste un cáncer a un familiar. ¡Es tan plácida la vida del que no se inquieta por nada y que cuando se inquieta por algo es por algo que la autoridad ha dictaminado¡,… ¡Que bien se sestea!. Además, todas estas cosas que publicamos, querida amiga, requieren un pequeño esfuerzo de comprensión. Y en el reino sin par de las neuronas sesteantes eso no está bien visto.
Un abrazo
Carlos
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